ETAPA 1 (74 Km-1295 Mts +)

Llegó  si si llegó el día en que pongamos rumbo hacía una ilusión que empezó hace 2 años y que con el paso de ese tiempo, hemos sabido forjar y madurar nuestra amistad a base de lealtad y cariño  que aunque la lejanía, sabemos administrar y dar rienda suelta a nuestros sentimientos.

Empezamos hoy a pedalear hacía un Camino que aunque a Manolo y a Virginia ya une algo especial con Santiago, ahora con Mario y Laura es un Camino lleno de hermandad y afecto que siempre a Santiago estaremos eternamente agradecidos de que se hubiera interpuesto en nuestras vidas.

Nos levantamos a las 7 de la mañana esperando ver un cielo despejado y sin atisbo de lluvia, pero nada más lejos de la realidad. Amanece encapotado, gris y con chiri biri que nos obliga a ponernos el chubasquero y tapar las alforjas para protegerlas del liquido aquoso.

RONCESVALLES-PUENTE LA REINA

Después de un pequeño desayuno a base de café con leche y tostadas, nos ponemos en marcha sobre la 9 de la mañana y la salida tardía se debe a un contratiempo en forma de pinchazo en el tandem de Mario y Laura y sin todavia haber comenzado la jornada.

 La primera en la frente !!!!

Despues de arreglar dicho pinchazo, nos ponemos manos a la obra y nos dirijimos a empezar tan larga tarea de llegar a Puente la Reina, donde haremos noche en el Hotel Jakue.

El principio del Camino es duro, tocando el muy duro ya que a parte de la lluvia y de los numerosos peregrinos que nos vamos encontrando por el principio del Camino y que aunque se van apartando, nos entorpecen un poco, son unas subidas aunque cortas, muy empinadas y sobretodo pedregosas y unas bajadas de vértigo que más de una de ellas nos ha obligado a poner el pié en el suelo.

Vamos paralelos al rio Urrobi y pasamos por unos pueblecitos impresionantes, Llegando a Zubiri (que es el final de la primera etapa de los peregrinos de a pié) nos damos cuenta que la rueda delantera de Mario y Laura tiene un bollo impresionante y obliga a Mario a estar muy concentrado y agarrar el manillar con fuerza debido a los saltos que dicho "huevo" le ocasiona. Esto junto a que la cadena que une los dos pedalieres está destensada y cada 2 por tres se sale, ocasionandoles un par de tontas caidas, nos obliga a tomar la decisión de buscar un taller que arregle dichos desperfectos.

Llegados a Pamplona decidimos tomar un tentenpie y debatimos que podemos hacer para reparar el despefecto y decidimos buscar un Decathlon que debido a que hora era, seguro que es el que unicamente estaría abierto y pondría fin al sufrimiento de Mario. 

Donde paramos a comer no es otra que la calle de Los Mercaderes; famosa por la Feria de San Fermín y sus encierros que discurren por dicha calle y unos metros mas arriba encontramos la Calle Estafeta que es así mismo famosa por lo anteriormente citado.

Despues de nuestros Pinchos con sus correspondientes cervezas (con el estomago vacío no se puede pensar) nos dirigimos a las afueras de Pamplona y nos desviamos ligeramente del Camino, buscando el ansiado Decathlon y fue mano de santo, ya que debido al profesional que trabaja en el taller del establecimiento, pudimos reemprender la marcha con rueda nueva y cadena tensada y dirigirnos al último escollo de la jornada de hoy y no es otro que subir al temido Monte del Perdón.

Pero nooooo, otra vez la rueda delantera pierde aire y tenemos que parar a cambiar la cámara y todavía no nos explicamos el porque de dicho pinchazo si todavía no habiamos ni salido de Pamplona.

En fín no le demos más vueltas. 

Nos alejamos de la ciudad Navarra y deseando de acabr ponemos rumbo al "infierno" y nunca mejor dicho, que es la subida al Perdón. 

Después de una travesía llena de pendientes pronunciadas, piedras sueltas y un sufrimiento de campeonato, llegamos a la cima del monte y obsrvamos muy de cerca los molinos de aire, que desde tan cerca imponen mucho,respeto.

Así mismo,con la ciudad de Pamplona a lo lejos, aparecen unas figuras de bronce que representan a los caballeros del Toboso y nos hacemos unas instantáneas con ellos, que la subida ha valido bien la pena de tener un recuerdo en forma de fotografía y dejar constancia de que nosotros si que hemos podido con las adversidades tanto del terreno como de la inclinación del mismo.

La bajada hacia Puente la Reina la realizamos por carretera debido al consejo de varios habitantes con los que hablamos y nos aconsejan no coger los últimos 10 km ya que el terreno es muy inclinado y con mucha piedra suelta.

Bajamos muy rápidos y llegamos al Hostal despues de estar más de 10 horas con el tandem a cuestas y esperando esa duchita refrescante que nos devolverá al mundo de los vivos.